¡Hola de nuevo!
Ahora que se acercan las esperadas (y temidas) oposiciones, he pensado que vendría bien hacer un post sobre las cosillas que considero importantes para triunfar en ellas y obtener un buen resultado. A mi me vino genial saber estas cosas, y espero que a ti también. ¡Allá vamos!
1. Las oposiciones son una entrevista de trabajo.
Esto es lo primero que debes tener en cuenta. En todos los exámenes, ya sea en la interpretación, en el análisis, los temas o las exposiciones de programación y unidad didáctica, es de vital importancia que des una buena impresión. Se que esto parece obvio, pero créeme, no lo parece cuando lo vives desde el otro lado. Ir con ropa adecuada a la práctica docente en un conservatorio es fundamental. De verdad, parece una tontería, pero no vayas en ropa deportiva (lo he visto), ni como si volvieras de una rave (también lo he visto). Entiendo que cada uno tiene su estilo, y no me voy a meter en el jardín de dar ninguna opinión al respecto, pero supongo que entiendes que te presentas a una selección de personal para ser profesor o profesora. No te vistas como si fueses de boda o como si después del examen te fueras directamente a la playa. Por Dios, no vayas en chanclas (todo lo he visto). ¡Ah! y, por supuesto, dúchate. En serio, estarás pensando que vaya sarta de obviedades, pero también he vivido situaciones en las que mantenerse al lado de la persona que se examinaba era misión imposible. Vas a ser el ejemplo de un montón de generaciones de alumnos y alumnas, y la primera impresión es importantísima.
2. Orden y concierto.
La frase queda que ni pintada en unas oposiciones de música pero, en este caso, además, tiene todo el sentido del mundo. La mejor manera de mostrar que tienes una mente ordenada es haciendo las cosas de forma ordenada y bien organizada. Al escribir el tema, deja márgenes, usa las sangrías, los cambios de párrafo, frases ni muy largas ni muy cortas (una media de 20 palabras), deja espacio entre las líneas y escribe con una letra clara y que sea fácil de entender. Piensa que el tribunal tiene que corregir un montón de exámenes y el cansancio hace mella en seguida. Si además, tu examen es complicado de leer y la estructura no se puede apreciar de un simple vistazo, tienes todas las papeletas para que tu nota sufra algún que otro recorte. De nuevo, vas a ser profesor o profesora. Ser capaz de escribir un texto claro, organizado ¡y sin faltas de ortografía! es algo básico. En el análisis, tres cuartos de lo mismo: claridad, organización y ni una falta de ortografía. ¡Ah! Y no olvides ser conciso sin resultar escueto. Expón la información importante y no te enrolles como una persiana. Igual que si lo estuvieras contando a tus alumnos.
En el examen de interpretación es importante llevar las partituras originales (ya, también parece obvio, pero mi experiencia, de nuevo, dice lo contrario). Si no eres capaz de invertir en la "puesta en escena" de tu examen, la sensación siempre será la de que no te importa demasiado. Al menos no tanto como quien lleva sus partituras originales y bien ordenadas. Si hay algún cambio de página complicado, soluciónalo con antelación y ve preparado o preparada al examen. No vayas con folios sueltos y tardes organizándolos en el atril (o atriles) antes de cada pieza. Da impresión de poca preparación. No es bueno si estás intentando impresionar a un tribunal que tiene que hacerte profesor o profesora de por vida. De nuevo, ve adecuadamente vestido o vestida. Elige un estilo ni muy arreglado ni muy informal. Y por supuesto, ni te plantees la ropa deportiva.
Lo mismo para la exposición de la programación y la unidad didáctica. Si puedes usar material, llévalo bien preparado y organizado para que sea rápido sacarlo y utilizarlo. Si no, cuida mucho que tu exposición no se quede corta ni larga. Practícala muchas veces con cronómetro antes del examen y ante público distinto cada vez (tu familia, amigos, compañeros de conser si estás trabajando, etc.). De esta forma conseguirás ir puliendo la presentación a la vez que te vas quitando nervios. Por cierto, la semana que viene escribiré un post sobre el control de los nervios. De momento, si quieres saber más, puedes echar un ojo al post sobre el miedo escénico que escribí hace tiempo.
Si puedes usar la pizarra para la exposición, úsala. Siempre. Ni te lo pienses. Pero no la llenes de palabras o frases ininteligibles y flechas que van de aquí para allá sin sentido para el que las ve por primera vez. Utiliza una estructura clara y escribe lo mínimo posible para no interrumpir tu exposición. No dejes de hablar aunque estés escribiendo y, cuando escribas, usa palabras clave o frases muuuuy cortas para que, una vez hayas terminado la exposición, de un vistazo, cualquiera pueda entender claramente de qué has estado hablando durante los 20 minutos que tienes y cuáles han sido los puntos más importantes.
3. Controla tus nervios
¿Cómo? De la única manera que existe de controlar tus nervios. Haciendo aquello que te pone nervioso muchas veces antes del momento decisivo. Esto no te va a quitar los nervios por completo, pero si conseguirás reducirlos a una mínima expresión de lo que podrían ser si el día del examen es la primera vez que te enfrentas a la situación en concreto. Como dije antes, la semana que viene publicaré un post con más información sobre este tema, pero aquí te dejo un adelanto orientado a las oposiciones.
El tarro de nervios. Yo se lo explico así a mis alumnos y lo entienden estupendamente. Imagina que antes de un examen o un concierto tienes un tarro lleno de nervios. Si te preparas muy bien, es decir, dominas con soltura lo que vas a hacer hasta el punto que te resulta fácil, habrás sacado la mitad de los nervios de tu tarro de nervios. Por lo tanto, lo primero es la preparación. Pero esto es condición necesaria, pero no suficiente para conseguir reducir los nervios al máximo. Lo segundo es la repetición. Hacer muuuchas simulaciones, tantas como puedas, de la situación que te pone nervioso o nerviosa. Cuantas más, mejor, ya que en cada simulación sacas un puñado de nervios de tu tarro de nervios. Cuántos puñados saques y con cuantos nervios llegues al examen solo depende de ti. ¡Ah!, y lo mejor, cada vez que te presentes a un examen o toques en un concierto o te expongas a una situación parecida que te produzca nervios, tu tarro se hará más pequeño. Así, que como suelo decir también a mis alumnos: hay que pasar nervios para no pasar nervios.
Un consejo más con respecto a los nervios. Si tomas algún tipo de medicación para controlarlos el día del examen (tipo Sumial o cualquier tipo de ansiolítico) ¡NO SE LO DIGAS AL TRIBUNAL! Recuerda que te estás presentando a una entrevista de trabajo. No te pegues tiros en el pie restándote puntos a ti mismo o a ti misma hablando mal de ti. Por cierto, este artículo de Business Insider sobre los riesgos de tomar Sumial antes de un examen está muy bien.
4. Saca tu experiencia a relucir
Sin llegar a resultar pedante, deja caer en las exposiciones o en el análisis que tienes experiencia trabajando como profesor o profesora. Esto apuntalará tus argumentos y aportará seguridad a todo lo que hagas y digas durante toda la fase de oposición.
Bueeeeno, espero que el post te haya resultado interesante y te ayude a realizar un buen papel en las oposiciones. Mucha suerte y, cualquier cosa, aquí me tienes.
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