Si estas haciéndote esta pregunta: "¿tres?!!!", es que tienes que seguir leyendo esto.
Pues si amigos y amigas, tres. Para tocar la de un manera medio decente, hace falta dominar mejor o peor tres tipos diferentes de técnica. ¿Cuáles son?
1. TÉCNICA CORPORAL
Para tocar un instrumento, no viene nada mal conocer un poco nuestro cuerpo. Es decir, cómo funciona y cual es la mejor manera de emplear sus recursos sin llegar a romper algo por el camino. Y es que, aunque no os lo creáis, ¡se puede tocar sin dolor! Raro, eh?. Eso pensé yo hasta que mi hermana me dio un día cuatro consejillos que me cambiaron la vida. Si os duele algo, o si queréis saber como podéis evitar que os duela en el futuro a vosotros o a vuestros alumnos, no dudéis en preguntarle. Podéis contactar con ella por aquí, indicando que vuestra consulta va dirigida a María José o en nuestro correo electrónico educaflauta@gmail.com.
No os perdáis sus vídeos sobre la posición de la espalda y las manos.
Para mí, mantener una buena posición a la hora de tocar es fundamental. Evitar rotaciones de torso evita compresiones de la cavidad torácica y abdominal, lo que beneficia la respiración, permitiéndote usar al máximo tu capacidad pulmonar y aumentar tu control sobre la espiración. Colocar bien la espalda evita también dolores musculares y todos los problemas que estos conllevan. Con las manos ocurre lo mismo. Colocarlas bien, además de evitar dolores innecesarios, puede significar la diferencia entre un pasaje rápido bien hecho y pifiarla a lo grande en un concierto.
Así que sí, el cuerpo es importante. Tenemos que conocerlo, cuidarlo y entrenarlo para que aguante las paliza física que nos pegamos los instrumentistas, solo comparable a las que se pegan los deportistas de élite.
2. TÉCNICA INSTRUMENTAL
La propia palabra lo dice. Esta es la técnica del instrumento en sí. Esa que machacamos sin sentido durante horas y horas para que las escalas nos salgan a 800 la negra. Pues bien, antes de destruirte los dedos intentando tocar más rápido que nadie, hay algunas otras cosas que lo mismo te interesa saber.
La técnica instrumental se divide en cuatro grandes bloques:
1. La respiración
2. El sonido
3. La digitación
4. La articulación.
No están puestos así por capricho, sino porque cada uno es consecuencia directa del anterior. Si no inspiras, no espiras, por lo cual no hay sonido. Si no hay sonido, no sirve de mucho mover los dedos para cambiar de sonido. Y si no cambias de sonido, usar la lengua solo te va a servir para rapear con la flauta al más puro estilo Eminem. Así que, ya que ese es su orden natural, lo más lógico sería trabajarlos también en ese orden. Como cuando vamos al gimnasio. Lo primero que nos dan es una tabla de ejercicios para que no te dejes ni un músculo sin agujetas. Pues lo mismo, no estaría mal que a la hora de hacer ejercicios con la flauta tuviésemos algún tipo de tabla que nos ayude a no volvernos locos haciendo escalas supersónicas cuando todavía no sabemos ni inspirar bien, o nuestro sonido suena a gato que se acaba de pillar el rabo con una puerta.
Si necesitáis ayuda para organizar el estudio, yo ya me he quebrado la cabeza y tengo un montón de tablas que os pueden ayudar a ser flautistas equilibrados/as (por lo menos técnicamente). En serio, lo que necesitéis solo tenéis que pedirlo. Como ya he dicho antes, podéis hacerlo a través de nuestro formulario de contacto, o en nuestro correo electrónico educaflauta@gmail.com.
En próximos artículos iré dejando esquemas y ejercicios varios que podéis usar si os apetece.
3. TÉCNICA INTERPRETATIVA
Esto viene siendo todo eso que hacemos para que lo que tocamos suene, además de bien, bonito. Es decir, si la técnica instrumental era el qué y el cómo, la técnica interpretativa es el cuándo. Está muy bien que sepas hacer unos trinos como los de Paganini, o que vuestro rango de matices vaya desde alfiler cayendo al suelo hasta turbina de avión, o que seáis capaces de montar nata con la lengua. Pero igual de importante, o más, es saber cuando usar todos esos recursos técnicos tan maravillosos que habéis desarrollado después de 120.000 horas de escalas, arpegios y notas largas.
Para esto solo puedo darte un consejo: escucha. Escucha muchísima música, de todos los estilos y de todas las épocas. Escucha a muchísimos/as flautistas (si son de esos de los que la gente paga para ver mejor). Ve a cursillos, masterclasses, ofrécete como au pair en casa de los solistas y las solistas de orquesta que tengan hijos, ve a conciertos, ve a muchos conciertos pero, sobre todo, aprende. Escuchar buena música es la mejor forma de aprender a hacer buena música. Las miles y miles de horas de estudio son necesarias, pero de nada sirven si no sales al mundo, conoces a personas interesantes y aprendes de ellas.
Eh! Pero no significa que todo lo que escuches esté bien y tengas que hacerlo igual. Coge las cosas que más te gustan y más peguen con tu estilo y úsalas, el resto, guárdalas, porque nunca sabes cuándo vas a necesitarlas. Puede que tu destino sea la Filarmónica de Berlín, pero más tarde o más temprano, todos los músicos se enfrentan al reto de tener que transmitir lo que saben. Y recuerda que ser un gran profesor o una gran profesora no se trata de crear fotocopias de tí mismo, sino de dar a tus alumnos y alumnas todas la información posible, y ayudarles a ser la mejor versión de sí mismos como músicos.
Pues si amigos y amigas, tres. Para tocar la de un manera medio decente, hace falta dominar mejor o peor tres tipos diferentes de técnica. ¿Cuáles son?
1. TÉCNICA CORPORAL
Para tocar un instrumento, no viene nada mal conocer un poco nuestro cuerpo. Es decir, cómo funciona y cual es la mejor manera de emplear sus recursos sin llegar a romper algo por el camino. Y es que, aunque no os lo creáis, ¡se puede tocar sin dolor! Raro, eh?. Eso pensé yo hasta que mi hermana me dio un día cuatro consejillos que me cambiaron la vida. Si os duele algo, o si queréis saber como podéis evitar que os duela en el futuro a vosotros o a vuestros alumnos, no dudéis en preguntarle. Podéis contactar con ella por aquí, indicando que vuestra consulta va dirigida a María José o en nuestro correo electrónico educaflauta@gmail.com.
No os perdáis sus vídeos sobre la posición de la espalda y las manos.
Para mí, mantener una buena posición a la hora de tocar es fundamental. Evitar rotaciones de torso evita compresiones de la cavidad torácica y abdominal, lo que beneficia la respiración, permitiéndote usar al máximo tu capacidad pulmonar y aumentar tu control sobre la espiración. Colocar bien la espalda evita también dolores musculares y todos los problemas que estos conllevan. Con las manos ocurre lo mismo. Colocarlas bien, además de evitar dolores innecesarios, puede significar la diferencia entre un pasaje rápido bien hecho y pifiarla a lo grande en un concierto.
Así que sí, el cuerpo es importante. Tenemos que conocerlo, cuidarlo y entrenarlo para que aguante las paliza física que nos pegamos los instrumentistas, solo comparable a las que se pegan los deportistas de élite.
2. TÉCNICA INSTRUMENTAL
La propia palabra lo dice. Esta es la técnica del instrumento en sí. Esa que machacamos sin sentido durante horas y horas para que las escalas nos salgan a 800 la negra. Pues bien, antes de destruirte los dedos intentando tocar más rápido que nadie, hay algunas otras cosas que lo mismo te interesa saber.
La técnica instrumental se divide en cuatro grandes bloques:
1. La respiración
2. El sonido
3. La digitación
4. La articulación.
No están puestos así por capricho, sino porque cada uno es consecuencia directa del anterior. Si no inspiras, no espiras, por lo cual no hay sonido. Si no hay sonido, no sirve de mucho mover los dedos para cambiar de sonido. Y si no cambias de sonido, usar la lengua solo te va a servir para rapear con la flauta al más puro estilo Eminem. Así que, ya que ese es su orden natural, lo más lógico sería trabajarlos también en ese orden. Como cuando vamos al gimnasio. Lo primero que nos dan es una tabla de ejercicios para que no te dejes ni un músculo sin agujetas. Pues lo mismo, no estaría mal que a la hora de hacer ejercicios con la flauta tuviésemos algún tipo de tabla que nos ayude a no volvernos locos haciendo escalas supersónicas cuando todavía no sabemos ni inspirar bien, o nuestro sonido suena a gato que se acaba de pillar el rabo con una puerta.
Si necesitáis ayuda para organizar el estudio, yo ya me he quebrado la cabeza y tengo un montón de tablas que os pueden ayudar a ser flautistas equilibrados/as (por lo menos técnicamente). En serio, lo que necesitéis solo tenéis que pedirlo. Como ya he dicho antes, podéis hacerlo a través de nuestro formulario de contacto, o en nuestro correo electrónico educaflauta@gmail.com.
En próximos artículos iré dejando esquemas y ejercicios varios que podéis usar si os apetece.
3. TÉCNICA INTERPRETATIVA
Esto viene siendo todo eso que hacemos para que lo que tocamos suene, además de bien, bonito. Es decir, si la técnica instrumental era el qué y el cómo, la técnica interpretativa es el cuándo. Está muy bien que sepas hacer unos trinos como los de Paganini, o que vuestro rango de matices vaya desde alfiler cayendo al suelo hasta turbina de avión, o que seáis capaces de montar nata con la lengua. Pero igual de importante, o más, es saber cuando usar todos esos recursos técnicos tan maravillosos que habéis desarrollado después de 120.000 horas de escalas, arpegios y notas largas.
Para esto solo puedo darte un consejo: escucha. Escucha muchísima música, de todos los estilos y de todas las épocas. Escucha a muchísimos/as flautistas (si son de esos de los que la gente paga para ver mejor). Ve a cursillos, masterclasses, ofrécete como au pair en casa de los solistas y las solistas de orquesta que tengan hijos, ve a conciertos, ve a muchos conciertos pero, sobre todo, aprende. Escuchar buena música es la mejor forma de aprender a hacer buena música. Las miles y miles de horas de estudio son necesarias, pero de nada sirven si no sales al mundo, conoces a personas interesantes y aprendes de ellas.
Eh! Pero no significa que todo lo que escuches esté bien y tengas que hacerlo igual. Coge las cosas que más te gustan y más peguen con tu estilo y úsalas, el resto, guárdalas, porque nunca sabes cuándo vas a necesitarlas. Puede que tu destino sea la Filarmónica de Berlín, pero más tarde o más temprano, todos los músicos se enfrentan al reto de tener que transmitir lo que saben. Y recuerda que ser un gran profesor o una gran profesora no se trata de crear fotocopias de tí mismo, sino de dar a tus alumnos y alumnas todas la información posible, y ayudarles a ser la mejor versión de sí mismos como músicos.
hermoso lo q compartes...tambien me gustaria saber mas de flauta traversa.....posicion de dedos sonido tooooodo
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