El miedo escénico es uno de los peores enemigos de un músico, ya que es uno de los factores que más afectan a nuestra interpretación. Eso que decimos siempre de: "en mi casa me salía", se debe ni más ni menos al miedo escénico mezclado normalmente con falta de preparación. Hoy hablaremos sobre cómo vencer al miedo escénico y empezar a sentirnos bien en el escenario.
Estos son dos conceptos básicos de psicología que debes manejar. Cuando nos enfrentamos por primera vez a un estímulo experimentamos una serie de reacciones en nuestro cuerpo. Si volvemos a enfrentarnos al mismo estímulo repetidas veces aparece el fenómeno al que los psicólogos llaman sensibilización. Esto significa que las reacciones que experimentamos la primera vez aparecen incluso antes que la primera vez. Basta incluso con saber que el estímulo aparecerá pronto para que las reacciones se desencadenen. Esto, hablando en idioma músico, significa que los nervios que sientes en un primer concierto, empiezan a aparecer antes cada vez en los siguientes.
No temas, que ahora viene lo bueno. Con el paso del tiempo y la repetida exposición al estímulo (el concierto) nos vamos acostumbrando a las sensaciones y estas van causando cada vez menos efecto en nosotros. A esto se le llama habituación. Nuestro cuerpo, y sobre todo nuestro cerebro, se habitúa al estímulo y las reacciones que se desencadenan son cada vez de menor intensidad. Volviendo al idioma músico, los nervios en los conciertos no desaparecen, pero como te vas acostumbrando a la situación, cada vez provocan menos efectos en ti.
Así que si quieres ir reduciendo el efecto de los nervios en los conciertos, lo mejor es que te apuntes a un bombardeo y que toques cuantos más conciertos mejor.
Este es un truco muy interesante. Se trata de acostumbrarnos por adelantado a los estímulos a los que nos vamos a ver sometidos. Solo tienes que cerrar los ojos, respirar profundamente por la nariz, e imaginarte todas las situaciones en las que vas a estar: llegando al auditorio, calentando, esperando a que empiece el concierto, subiendo al escenario, etc. Lo más importante es intentar imaginar las situaciones prestando atención a los detalles. El color de las butacas, las luces del escenario, la situación del piano (si lo hay), dónde te colocarás tú, etc. De esta forma nuestra mente se "acostumbra", por así decirlo, a la situación que vamos a vivir potenciando así el efecto de habituación.
Si todo falla y, antes del concierto empiezas a notar los síntomas típicos de los nervios: manos sudorosas, frío, dolor de estómago, respiración rápida, etc., lo mejor es volver a recuperar el control a través de tu respiración. Te cuento varias formas:
Pues si, eso que llaman mindfulness y que tanto está dando que hablar últimamente, no es ni más ni menos que la capacidad de estar aquí y ahora. Pero claro, en una situación potencialmente estresante, es muy fácil decirlo. La cuestión es estar aquí y ahora y que tu mente no te juegue una mala pasada. Por eso es tan importante la preparación previa al concierto. Si vas bien preparado, tu mente podrá estar relajada disfrutando de la música y de la situación tan maravillosa en la que estás. Si no te has preparado bien, tendrás que pasar el concierto sufriendo cada vez que llegue un pasaje difícil. Puestos a elegir, es preferible estar aquí y ahora disfrutando de una situación placentera que sufriendo intentando salvar el culo desde la primera hasta la última nota.
¿Recuerdas eso de: "todo depende del cristal con el que se mire"? Lo mismo ocurre con tu interpretación. Todo (o casi todo) lo que hagas en el escenario va a depender de lo que pienses de ti mismo o de ti misma en ese momento. La diferencia entre pensar "soy muy bueno" y "soy muy malo" es enorme. Claro que no basta con pensar que eres muy bueno, tienes que creértelo, y para eso no hay nada mejor que, como decía antes, tocar muchos conciertos e ir bien preparado a todos ellos.
Como siempre, como premio por haber llegado hasta el final del post, te dejo un fantástico vídeo de unos que disfrutan de lo lindo en el escenario. Un abrazo y ¡hasta el próximo post!
Y tú, ¿sabes alguna manera de controlar los nervios y sobrevivir al miedo escénico en los conciertos? Cuéntanoslo en los comentarios y así, juntos, aprendemos más cosas.
1. Sensibilización y habituación.
Estos son dos conceptos básicos de psicología que debes manejar. Cuando nos enfrentamos por primera vez a un estímulo experimentamos una serie de reacciones en nuestro cuerpo. Si volvemos a enfrentarnos al mismo estímulo repetidas veces aparece el fenómeno al que los psicólogos llaman sensibilización. Esto significa que las reacciones que experimentamos la primera vez aparecen incluso antes que la primera vez. Basta incluso con saber que el estímulo aparecerá pronto para que las reacciones se desencadenen. Esto, hablando en idioma músico, significa que los nervios que sientes en un primer concierto, empiezan a aparecer antes cada vez en los siguientes.
No temas, que ahora viene lo bueno. Con el paso del tiempo y la repetida exposición al estímulo (el concierto) nos vamos acostumbrando a las sensaciones y estas van causando cada vez menos efecto en nosotros. A esto se le llama habituación. Nuestro cuerpo, y sobre todo nuestro cerebro, se habitúa al estímulo y las reacciones que se desencadenan son cada vez de menor intensidad. Volviendo al idioma músico, los nervios en los conciertos no desaparecen, pero como te vas acostumbrando a la situación, cada vez provocan menos efectos en ti.
Así que si quieres ir reduciendo el efecto de los nervios en los conciertos, lo mejor es que te apuntes a un bombardeo y que toques cuantos más conciertos mejor.
2. Preparación
Si no vas bien preparado al concierto, vas a sufrir. Esto es un hecho. Estudia bien las obras que vayas a tocar. No solo hasta que sepas leerlas sin pararte ni equivocarte, sino hasta aprenderlas de memoria. No eres tú quien tiene que aprender las notas, es tu cuerpo, para que tú puedas olvidarlas y dedicar toda tu atención a llenar de emociones tu interpretación. Por que si no tú no poner emociones a tu música, el público no las recibe y, para eso, lo mismo da escucharte a ti que un midi de la pieza que estás tocando.3. Visualización
Este es un truco muy interesante. Se trata de acostumbrarnos por adelantado a los estímulos a los que nos vamos a ver sometidos. Solo tienes que cerrar los ojos, respirar profundamente por la nariz, e imaginarte todas las situaciones en las que vas a estar: llegando al auditorio, calentando, esperando a que empiece el concierto, subiendo al escenario, etc. Lo más importante es intentar imaginar las situaciones prestando atención a los detalles. El color de las butacas, las luces del escenario, la situación del piano (si lo hay), dónde te colocarás tú, etc. De esta forma nuestra mente se "acostumbra", por así decirlo, a la situación que vamos a vivir potenciando así el efecto de habituación.
4. Respiración
Si todo falla y, antes del concierto empiezas a notar los síntomas típicos de los nervios: manos sudorosas, frío, dolor de estómago, respiración rápida, etc., lo mejor es volver a recuperar el control a través de tu respiración. Te cuento varias formas:
- Retoma el control con la "respiración de fuego": Se trata de inspirar y espirar rápida y violentamente por la nariz. Esto te carga de energía y hace que vuelvas a estar en posesión de tu respiración.
- Ordena a tu cuerpo que se relaje: para esto, lo mejor es inspirar lentamente por la nariz y espirar lentamente por la boca. La respiración tiene que ser abdominal y, cuando inspires, haz una pausa antes de espirar para que tu diafragma vuelva a tener claro quién manda.
- Relájate aún más: otro tipo de respiración es la que se realiza inspirando por un agujero de la nariz (tapando el otro con la mano) y espirando por el otro. También la respiración debe ser abdominal y muy lenta. Repetir unas cuantas veces inspirando por un agujero y luego cambiar al otro.
5. Mindfulness
Pues si, eso que llaman mindfulness y que tanto está dando que hablar últimamente, no es ni más ni menos que la capacidad de estar aquí y ahora. Pero claro, en una situación potencialmente estresante, es muy fácil decirlo. La cuestión es estar aquí y ahora y que tu mente no te juegue una mala pasada. Por eso es tan importante la preparación previa al concierto. Si vas bien preparado, tu mente podrá estar relajada disfrutando de la música y de la situación tan maravillosa en la que estás. Si no te has preparado bien, tendrás que pasar el concierto sufriendo cada vez que llegue un pasaje difícil. Puestos a elegir, es preferible estar aquí y ahora disfrutando de una situación placentera que sufriendo intentando salvar el culo desde la primera hasta la última nota.
6. Cuídate a ti mismo
¿Recuerdas eso de: "todo depende del cristal con el que se mire"? Lo mismo ocurre con tu interpretación. Todo (o casi todo) lo que hagas en el escenario va a depender de lo que pienses de ti mismo o de ti misma en ese momento. La diferencia entre pensar "soy muy bueno" y "soy muy malo" es enorme. Claro que no basta con pensar que eres muy bueno, tienes que creértelo, y para eso no hay nada mejor que, como decía antes, tocar muchos conciertos e ir bien preparado a todos ellos.
Como siempre, como premio por haber llegado hasta el final del post, te dejo un fantástico vídeo de unos que disfrutan de lo lindo en el escenario. Un abrazo y ¡hasta el próximo post!
Y tú, ¿sabes alguna manera de controlar los nervios y sobrevivir al miedo escénico en los conciertos? Cuéntanoslo en los comentarios y así, juntos, aprendemos más cosas.
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